miércoles, 27 de febrero de 2013

EL CORCHO EN LA CALIDAD DEL VINO

Supongamos que somos un consumidor, supongamos que vamos a comer a un restaurante, y supongamos que una vez elegido el vino, el camarero nos abre la mejor botella de la que dispone...Hasta aquí todo bien, pero también podríamos suponer, y no es poco probable, encontrarnos con algún problema, por ejemplo, con el corcho. Y es que el corcho es ese pequeño desconocido al cual el consumidor de vino no da demasiada importancia hasta el momento de enfrentarse a el, con el objetivo de eliminar la barrera que existe entre éste y el líquido elemento. Pero ¿Qué debemos de esperar de un corcho? ¿Cómo podemos darnos cuenta si está en mal estado? Y en ese caso, ¿También tendrá defectos el vino?

El corcho es el principal material elegido para cerrar las botellas de vino, por su elasticidad, capacidad aislante, impermeabilidad y durabilidad, entre otros.

La principal función del corcho, es la de proteger el vino de los agentes externos, impidiendo la entrada de aire desde el exterior y la salida de vino desde el interior.
 
CARACTERÍSTICAS DEL CORCHO

El tamaño del corcho del vino influye notablemente en su evolución, ya que dependiendo del mismo podrá tener mayor o menor guarda el vino que tengamos entre manos.
Del mismo modo, la calidad del corcho también va a influir en su capacidad de guarda. Un corcho de buena calidad va a permitir que el paso del tiempo no haga mella en el tapón y, por ende, en el contenido de la botella. Corchos de menor calidad, incluso de aglomerado, serán aceptables para vinos de consumo rápido.

-          Tamaño: El diámetro de un corcho suele estar en torno a los 24mm, llegando a comprimirse hasta los 18mm en el interior de la botella. En cuanto a la longitud, van desde los 38mm hasta los 54mm.


Cuanto más largo sea el corcho, mayor su calidad. Los corchos más largos se usan en vinos Reserva y Gran Reserva. Los más cortos, se destinan a los vinos jóvenes o blancos.





-          Material: El material empleado para la elaboración del corcho proviene de la corteza de los alcornoques. En algunos casos, el corcho se elabora con madera conglomerada. Estos corchos son de menor calidad por lo que se utilizan para vinos jóvenes y/o económicos. Como curiosidad, destacar que la corteza de los alcornoques es ignífuga y si no te lo crees, trata de prender fuego a un corcho…



-          Mantenimiento: Para la buena conservación del corcho, las botellas deben almacenarse horizontalmente, consiguiendo así que el líquido esté en constante contacto con el corcho, evitando que éste se reseque y agriete. Muchos fabricantes utilizan parafina para untar el corcho y aumentar así la vida útil del mismo. En cualquier caso la vida útil de un corcho se sitúa en unos 15 años, por lo que los vinos embotellados durante más de ese tiempo deberían ser re-encorchados.

EL CHIVATO DEL VINO

Podriamos decir que el corcho actúa de “chivato”, y en cuanto se libera de la botella es capaz de traicionar al vino con el que ha compartido años de soledad y recogimiento. Si un corcho está en mal estado, es muy probable (aunque no seguro), que el vino esté también en mal estado.

Por ello, una buena práctica cuando abrimos la botella es observar el corcho:

-          Si  hay manchas en la zona de contacto con el vino, es normal, ya que el tiempo y los pigmentos del propio vino tiñen esa zona del corcho. Si por el contrario observamos que la zona manchada no solo es la de contacto, sino que también está manchado el resto del tapón, es más que probable que haya habido alguna fuga de vino, lo que va asociado con una merma en el contenido de la botella. En este caso es probable que también el oxígeno haya llegado al vino y lo haya oxidado. Por eso cuando un tapón se encuentra en mal estado hay que probar el vino para comprobar que no presenta defectos.

-          El color, será púrpura tirando a brillante cuando descorchamos un vino joven y más oscuro y apagado cuando descorchamos un Reserva o Gran Reserva.

-          La forma debe ser lo más uniforme posible. Los abultamientos son síntoma de cambios bruscos de temperatura, que han podido dañar el corcho y el vino.

                        


También es importante oler el corcho por la parte central, no el extremo que ha estado en contacto al vino, y comprobar si huele a vino y no presenta ningún olor extraño. Uno de los problemas más importantes hoy en día es el del olor a corcho como defecto del vino. Es un olor más de humedad, de caja de galletas mojada o corcho.

PRINCIPAL PROBLEMA DE LOS CORCHOS

El corcho tiene un terrible enemigo llamado TCA (Tricloranonisol), que se libera por la presencia de un hongo que se puede encontrar en los tapones de corcho). Actualmente el mayor quebradero de cabeza para los bodegueros y enólogos que, pese a tomar todas las medidas posibles en la lucha contra el TCA, es imposible de erradicar.

El TCA puede echar a perder la producción entera de cualquier bodega. Esto mismo fue lo que le sucedió a la bodega Vega Sicilia en el año 1.999 con su vino Valbuena (la segunda marca de la prestigiosa bodega de la Ribera del Duero). Así sucedió:
La cosecha del año 1.994 en la Ribera del Duero fue considerada como muy buena. Vega Sicilia, embotelló su vino Valbuena en Diciembre de 1.997 con la intención de conservarlo en botella durante 14 meses más antes de empezar a comercializarlo. Durante el año 1.998, la bodega realizó catas en bodega y los resultados catalogaban el vino como uno de los mejores Valbuena de los últimos años. Sin embargo, a principios del año 1.999 empezaron a notar una reacción extraña en el vino y las alarmas se dispararon. Tras consultar a Pascal Chatonnet, considerado el gurú del TCA, se confirmó la peor de las noticias, el Valbuena del 94 estaba contaminado de TCA con 130.000 botellas en la calle.
La bodega se apresuró a enviar circulares explicando lo sucedido y tratando de retirar del mercado el mayor número de botellas que le fuera posible. Tan sólo se devolvieron 500 de las 130.000.

                             

CORCHO NATURAL VS SINTÉTICO

Por un lado, el corcho es un producto natural y ecológico que se obtiene del alcornoque sin producirle daños... El corcho nos ha demostrado que es posible mantener las cualidades de un vino durante varias décadas y por tanto es de momento la mejor opción para el vino de guarda.
Por otra parte, que  las botellas se almacenen en posición horizontal se debe a que al estar el vino en contacto con el corcho, éste no permite que entre oxígeno a la botella. Los corchos naturales permiten airear el vino, pero si se colocan de forma horizontal, esto no ocurre y por tanto, nos aseguraremos de que nuestro vino siga conservando sus propiedades y no se deteriore.

En el otro lado, encontramos los tapones sintéticos. Se estima que alrededor del 20% de los encorchados se realizan con materiales sintéticos. A diferencia de los corchos naturales, no está decolorado por el lado en que hace contacto con el vino. Por otro lado, suele ser más difícil de extraer (son más compactos) y además, no nos proporciona información sobre el estado del vino (ni su color ni su olor). Sin embargo, también hay que decir que, de cara a su descorche, no se corre el riesgo de rotura ni de desmenuzamiento (partículas que se quedan sobre la superficie del vino). Otra de las ventajas es que preserva e aísla perfectamente al vino y no contiene TCA que pueda adquirir el vino.
El uso de otros tapones sintéticos no nos asegura una larga guarda, o al menos no tenemos vinos que abiertos 20, 30 o 50 años después de ser embotellados con tapones sintéticos, sigan vivos.


miércoles, 20 de febrero de 2013

RESVERATROL, FUENTE ETERNA DE JUVENTUD.

Ultimamente se habla mucho de este tema, muchas bodegas incluyen su presencia en las etiquetas, pero quizás a muchos les suene ligeramente, quizás otros sepan lo que es pero no dónde se encuentra, o quizás haya otro sector que al oir hablar de resveratrol se haga dos preguntas:¿Es un pájaro?, ¿Es un avión?... pues ninguna de las dos. Cumpliendo con el objetivo de  despejar dudas sobre temas relacionados con el mundo del vino, desconocidos para muchos, vamos a dar una respuesta a este asunto que nos concierne a todos como consumidores. 

¿QUÉ ES EL RESVERATROL?
Es un antioxidante natural que contienen decenas de plantas que, curiosamente, ha sido identificado recientemente como uno de los componentes activos del Kojo-Kon, una medicina natural popular antiarteroesclerótica, muy usada en China y Japón. Químicamente, el resveratrol es el trans-3,5,4'-trihidroxiestilbeno y se produce como defensa de las uvas viníferas ante la infección por hongos, especialmente frente al responsable de la botritis, el hongo Botrytis cinerea.


POSIBLES PROPIEDADES
Actualmente es un tema de numerosos estudios sobre sus efectos en animales y seres humanos. Los efectos del resveratrol en la esperanza de vida de muchos organismos modelo siguen en controversia, con efectos inciertos en moscas de la fruta, los gusanos nematodos y los peces de corta vida. Sin embargo, en experimentos con ratas y ratones se han reportado efectos beneficiosos anticancerígenos, antienvejecimiento, antiinflamatorios, antifibrótico, baja la glucosa en sangre, hipocolesterolemiante, y otros beneficios cardiovasculares. También se investiga sobre su utilidad para la mejora del equilibrio y la movilidad en personas mayores. El resveratrol mitigaría el daño producido por los radicales libres,aumentando la supervivencia celular.
El resveratrol fue muy efectivo para luchar contra la iniciación, promoción y progresión de los tumores cancerosos, sin presentar ningún signo de toxicidad. En el nivel molecular se ha demostrado que el resveratrol actúa, al menos parcialmente, bloqueando una enzima celular ciclooxigenasa, de la que existen varias formas con diversas e importantes funciones biológicas. Entre esas funciones, la ciclooxigenasa es necesaria para estimular el crecimiento de las células tumorales, por lo que su inhibición por el resveratrol resulta de gran interés.
Resumiendo la cuestión, los conocimientos detallados ya existentes respecto a los factores que condicionan la biosíntesis del resveratrol, su presencia en la piel de las uvas, y su concentración en los caldos finales, hace que la investigación hoy comentada pueda tener una importancia fundamental en un país y unas regiones como las nuestras, de peso específico propio a escala vitivinícola internacional. Con ello se demuestra que son muy respetables la tradición y la artesanía pero que, actualmente, hacer los vinos que interesan al consumidor es también una ciencia, muy necesitada de investigación de calidad.


RESVERATROL EN EL VINO
El resveratrol,  contiene toda una gama de polifenoles que están naturalmente contenidos en el vino tinto, como proaantocianidinas, antocianinas, flavonoides, que son los que le dan las propiedades a esta molécula.


El compuesto se produce y se acumula en la piel de las uvas, por lo que su presencia en vinos macerados tintos es 10 veces superior a la de los vinos no macerados. También se sabe que su concentración decae con la maduración y coloración final de las uvas, coincidente con su mayor contenido en azúcar. Ello se debe a que la enzima responsable de la biosíntesis del resveratrol compite con la enzima responsable principal de síntesis de las antocianinas coloreadas propias de la uva madura. Parece paradójico, pero la concentración del resveratrol en las uvas disminuye si la infección por el hongo es demasiado intensa, es decir, que los máximos niveles del producto tienen lugar en uvas no demasiado maduras, sin demasiado contenido en azúcar o color, y que posean infecciones débiles. Son, pues, uvas no muy tratadas con fungicidas, o uvas cultivadas naturalmente, biológicamente. Los procesos industriales de vinificación pueden afectar su concentración. Es interesante que entre las diversas sustancias usadas para la clarificación del vino, la gelatina, el agar, la bentonita o la albúmina de huevo no afecten tal concentración pero que la polivinilpirrolidona o el carbón la reduzcan muy sensiblemente. Por otra parte, el proceso de envejecimiento del vino en toneles y botellas (crianza, reservas, grandes reservas) tampoco hace disminuir la concentración presente del resveratrol.



Sin embargo, no todo es tan perfecto, las bondades médicas de este activo vegetal, aunque muy prometedoras, aún están en fase de prueba .El problema es que puedes tener un antioxidante extremadamente potente, pero no será tan efectivo a menos que esté en una fórmula estabilizada que permita absorberlo. Habrá que esperar más para conocer hasta dónde puede beneficiar al ser humano.

lunes, 18 de febrero de 2013

LA GRAN EPOPEYA DEL VINO

Como el nombre que da título a este blog,  el recorrido que las vides han alcanzado a lo largo de los siglos, de los territorios, de sus gentes,  sus culturas y  sus tradiciones,  nos pueden hacer entender mejor, la importancia del vino en la actualidad. Es por ello, que a continuación les invito a hacer un viaje  en el tiempo, a través de lo que podría tener guardado la “memoria de una cepa”.

La gran epopeya del vino, basada en una vid primero silvestre y luego ya poco a poco cultivada, parece que comenzó en Asia Menor y el Cercano Oriente, alrededor del 6.000 a.C, quizás más precisamente en la zona del monte Ararat en Caucasia, una zona muy compartida por Irán, Turquía y Armenia. Algunos datos lingüísticos apoyan esta hipótesis.

La palabra vino tiene su raíz en la antigua voz caucásica voino, que significaba algo como “bebida intoxicante de uvas”. La palabra fue aceptada, y modificada, se expandió en la antigüedad: oinos u woinos para los griegos; vinum para los romanos, en armenio; oini.

Por otro lado, los pasajes bíblicos que hacen referencia al vino son muy numerosos. En uno de ellos se localiza con exactitud lo que pudo ser el más antiguo  centro de viticultura, cuando Noé plantó la primera viña en el lugar donde se encuentra el monasterio de Etschmiadsin. La biblia menciona en el libro del Génesis que Noé agricultor, comenzó a labrar la tierra y plantó una viña. Bebió de su vino y se embriago. Y es que la relación entre vino y religión es muy estrecha desde el primer momento. Más adelante, en el Nuevo Testamento, el vino llegó a ser un gran símbolo religioso con el nacimiento del cristianismo. La transformación del agua en vino en las bodas de Caná, fue el primer milagro de Cristo. Posteriormente, sus palabras en la ultima cena, cuando levantó la copa, sellaron la importancia simbólica del vino en el misterio central de la cristiandad: “Y tomando la copa dio gracias y se la pasó a sus discípulos diciendo: Tomad y bebed, porque ésta es mi sangre, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados”.


EXPANSIÓN A ORIENTE

En el caso de la india es probable que el cultivo de la uva llegara con la invasión de las tribus nómadas arias, a mediados del segundo milenio a.C. Textos antiguos mencionan la fermentación de la drahska (viña, en Sánscrito).

La viña debió penetrar en el lejano oriente a través de  caravanas provenientes de Asia Central. Así lo evidencian restos fósiles de viñas en las ruinas de la ciudad de Loulan.
La invasión musulmana frenó la expansión de la vid, aunque luego se extendió a provincias no ocupadas en el este, como Shantung, Djangsu y el litoral del Mar Amarillo. Desde China la viticultura llegó  a Japón hace más de mil años. En japonés, la viña recibe el nombre de budo.

EL VINO EN EL MEDIEVO

La viticultura y la producción de vino se convirtieron en prácticas muy importantes para las sociedades cristianas especialmente para las comunidades de los monjes, que proliferaron durante la Edad Media.
Los benedictos, los cartujos y los cistercienses fueron en gran medida los guardianes en la Edad Media de los conocimientos de la viticultura y la producción de vinos. Gracias a la cantidad de viñedos donados por los ricos y los nobles para asegurar tanto su salvación como el desarrollo de sus viñedos, los monasterios  se convirtieron en los dueños de los más famosos viñedos de borgoña, Burdeos, Champaña, el Valle del Loira, el Valle del Rhone, España y Alemania.

De hecho los monasterios prosperaron gracias  en parte a sus viñedos y los monjes se esforzaron por hacer el mejor vino posible y desarrollar nuevas técnicas para plantar las viñas y producir el vino, como los romanos y los griegos antes que ellos, las congregaciones de monjes expandieron sus conocimientos vitícolas y vinícolas por toda Europa, y en un momento determinado, también por el Nuevo Mundo.


HISTORIA DE LA VID Y DEL VINO EN ESPAÑA

Desde hace tres mis años, cuando la vid llegó a España, procedente de su cuna originaria, el Mediterráneo oriental, el vino ha formado parte de la cultura hispana. Desde entonces, ha cambiado mucho. De hecho, nada tienen que ver las modernas tecnologías vinícolas, aplicadas a la mejora de los niveles de calidad, y los análisis químicos actuales con aquellos primeros artesanales que los fenicios trajeron consigo

FENICIOS

Los fenicios fueron los que trajeron la vid a la Península, cuando allá por el año 1.100 a. C, arribaron a las costas de Cádiz y Tartesos. La colonización fenicia y su introducción de la vid en nuestras tierras fueron recogidas en importantes libros de la antigüedad. De ello habla Estrabón, geogrado del siglo I a.C en su libro “Geografía”.

Estos documentos históricos griegos y romanos han sido luego corroborados por el hallazgo de  dos lagares en el yacimiento fenicio del Castillo de Doña Blanca, a 4 Km de Jerez, un yacimiento arqueológico que data del siglo VII a. C.

GRIEGOS Y ROMANOS

La llegada de los griegos y los romanos a nuestras tierras fue muy importante en el desarrollo de la historia vitivinícola española. Para empezar trajo sin duda el gusto de los pueblos del Mediterráneo por el vino tinto, que a partir de estos momentos será preferido frente a todos los demás, y además también supuso el comienzo de nuevos métodos de elaboración.

Los griegos, por ejemplo, cocían el mosto recién fermentado para conseguir vinos que resistieran el transporte, de maneras que conseguían caldos con altas graduaciones alcohólicas, a los que luego había que añadir agua. Los romanos propagaron y fomentaron el cultivo de las variedades viníferas en toda la Península. En alicante, los restos arqueológicos confirman la presencia de ánforas vinarias y grandes villas destinadas al cultivo de la vid. Incluso se han hallado restos de una fábrica de ánforas.
En La rioja, se sabe que los antiguos pobladores elaboraban vinos que vendían a los mercaderes. Pero cuando las legiones alcanzaron el alto valle del Ebro, los romanos les enseñaron su propia técnica de vinificación, que consistía en prensar las uvas en lagares de piedra y dejar después fermentar el mosto de forma natural. Este método, introducido por los romanos, se utiliza todavía en algunas zonas de La Rioja Alavesa para la elaboración de tintos jóvenes.

Aparte de estas nuevas técnicas, la llegada del Imperio Romano a España supuso el comienzo de una importante corriente comercial. Desde el sur, los gaditanos vendían a Roma aceite de oliva, vino y preparados de pescado. Los romanos, además, también cultivaron los viñedos de la zona sur de Córdoba  para enviar luego los vinos hacia la metrópoli. En el nordeste, en la época romana, el Penedés se convirtió en uno de los puntos cardinales de la cultura mediterránea del vino y en un centro de comercio vinícola fundamental. De hecho, a finales del siglo I d.C la exportación de vino tinto de Penedés era ya muy considerable y con ella se abastecía los mercados de la Galia, Germania, Italia, Bretaña y África.


EDAD MEDIA

La Edad Media comienza con la caída del Imperio Romano, en el año 476 d.C. La Península sufrió, con el resto de Europa, invasiones de distintos pueblos bárbaros, pero quienes se asentaron en estas tierras fueron fundamente visigodos, que habían vivido en las provincias orientales del Imperio, en contacto con la cultura romana. Más tarde en el siglo V, se convirtieron al cristianismo, con lo que se completó su proceso de romanización, que fue rápido y definitivo.
Los visigodos eran grandes bebedores, especialmente de vino. Concedían gran importancia a la vinicultura y llegaban incluso a promulgar algunas leyes que protegían los viñedos, con preferencia frente a otros cultivos.

LA ESPAÑA MUSULMANA

Cuando los musulmanes entraron en la Península en el año a 711., la Edad Media española se bifurcó, pudiendo distinguirse a partir de esos momentos dos medievos: el árabe y el cristiano.
En la zona bajo dominación musulmana, la ley coránica prohibía el consumo de alcohol. Sin embargo, y pese a la determinante prohibición del Libro Sagrado, en España continúo el cultivo general de la vid, en principio para la uva de mesa.

LA RECONQUISTA

En la España cristina de la Reconquista, la cultura del vino fue mantenida y propagada en gran medida a través de las órdenes monásticas. En el reino de León, los monjes benedictinos de Clunny fueron los que llevaron consigo vides a la Ribera del Duero. El vino riojano, que ya existía antes de la ocupación romana, fue mencionado por Gonzalo de Berceo en los versos que escribió desde su retiro en San Millán de la Cogolla, considerados como el origen del castellano escrito.


A medida que avanzaba la Reconquista y se fraguaba la reunificación de España, la producción del vino experimentó un desarrollo espectacular. A orillas del Duero, por ejemplo, las tierras que habían quedado desocupadas durante los enfrentamientos entre musulmanes y cristianos se llenaron de campesinos que cultivaban la vid. De hecho, en el siglo XIII está constatado que existían ya en la comarca numerosas bodegas.

SIGLO DE ORO

Durante los siglos XVI y XVII, cuando todavía España dictaba su razón al mundo, las mesas de los españoles, buenos bebedores, se surtían con los vinos de la tierra. Como sucede en el presente no todos los vinos eran parejos, ya que junto a los buenos caldos, abundan también los vinachos atabernados y peleones, pero unos y otros, ajustándose al gusto de la época, solían ser en líneas generales abocados y dulces.
Esta época, constituye el apogeo y el inicio de la decadencia del Imperio español. En cualquier caso, el principal desarrollo de la vinicultura española en esta época se produce en el ámbito económico. Las exportaciones de vinos españoles hacia los demás países europeos y hacia el recién descubierto continente americano comienzan a convertir a la industria vinícola de nuestro país, fundamentalmente artesanal todavía, en un negocio floreciente y cada vez más próspero.

El descubrimiento de América es uno de los hechos determinantes de este auge vinícola español del Siglo de Oro, pues abrió puertas de un mercado con las colonias que no dejo de crecer durante todos estos años.
Pero las ventas de los caldos españoles no sólo aumentaron en relación con el comercio americano, sino que también continuaron incrementándose las exportaciones hacia Inglaterra, donde el Jerez se puso de moda en la Corte.

No obstante, el incremento de la producción alcanzó unos niveles tan elevados que al final de esta época se puede hablar sin pudor de sobreproducción. Ello afectó negativamente a la viticultura, puesto que se eliminaron muchas variedades vitícolas nobles para plantar cepas más productivas, pero de peor calidad.



SIGLO XVIII

Se inició un proceso importante de enología española con el cultivo de nuevos tipos de vid procedentes de Francia, Italia y otros países mediterráneos, que se plantaron en estacas o injertos. Para su éxito se escogieron los terrenos más adecuados para el cultivo y se experimentaron nuevas técnicas de vinificación, introducidas por maestros bodegueros contratados fundamentalmente en la vecina Francia o en Italia, con la idea de elevar la calidad de nuestros vinos.

Con estas innovaciones, los caldos españoles se fueron decantando en dos grupos:
1. El de los vinos que se seguían obteniendo por las técnicas ancestrales.
2. Formado por caldos procedentes de las vides importadas o de injertos experimentales, cultivados racionalmente y cuyo rendimiento en calidad, que no en cantidad, era superior al de los antiguos vidueños.

SIGLO XIX

Marcado por dos fenómenos de muy distinto signo. El primero fue la transformación de las técnicas artesanales, que aún se seguían utilizando en buena parte de las comarcas viníferas, y su sustitución por nuevos procedimientos industriales, que fueron lentamente aceptando, no sin resistencia. Esto, unido a la aparición del ferrocarril, que facilitó los transportes, propició un notable incremento del comercio interior.

El otro acontecimiento fue la devastadora plaga de filoxera. En la segunda mitad del siglo XIX, los viñedos franceses fueron atacados por un pulgón parásito que se instala en las raíces de las cepas, provocándoles su desecación.


En un principio, la filoxera benefició a los vinos españoles, que durante muchos años, se mantuvieron a salvo de la plaga. Los bodegueros galos vinieron a España para comprar el vino y la firma de un tratado comercial con Francia disparó las exportaciones de vino español. Sin embargo, cuando moría el siglo XIX, la filoxera alcanzó también a las cepas españolas y las fue destruyendo paulatinamente sin remedio.
Para combatir la plaga, los viticultores europeos replantaron sus tierras injertando variedades propias en pies americanos, más resistentes e inmunes al insecto causante de la filoxera.

SIGLO XX

Comienza con la replantación de los viñedos con injertos en pies americanos. Las primeras décadas por tanto, están marcadas por el rápido desarrollo de la plaga y por la replantación de los viñedos. Es en estos años cuando surgen la mayor parte de las bodegas que hoy existen, bodegas que enseguida comienzan a desarrollar y multiplicar sus vinos de calidad.

Por otro lado, la evolución técnica de la vinicultura desde principios de siglo es espectacular. Las investigaciones y análisis realizados por Louis Pasteur abren unas enormes perspectivas a la evolución de la microbiología y, en consecuencia, para el desarrollo de las tecnologías aplicadas a la elaboración del vino.

Con las investigaciones de Pasteur se empiezan a conocer las causas  primeras de hasta entonces sorprendentes fenómenos que causaban la transformación del mosto de la uva en vino y , a la luz de estos descubrimientos, se ocasiona un rapidísimo crecimiento de la técnica enológica, que contribuyen al rápido desarrollo y a la divulgación de la enología enológica en España. Un hito importante dentro del desarrollo enológico nacional fue la creación en los años 30 del Instituto Nacional de Investigaciones Agronómicas.

miércoles, 6 de febrero de 2013

CULTURA DEL VINO

Este es un blog dedicado a los amantes del vino que estén interesados en conocer todas las pequeñas cosas y curiosidades que envuelven al mundo del vino, desde  la cepa, hasta  la copa. Y es que el vino se ha convertido no solo en un mero producto alimenticio, sino en cultura que nos lleva rodeando desde hace siglos.

Como muestra de ello, aquí van unos cuantos refranes relacionados con el vino que rodean la vida cotidiana y nuestra cultura popular:

Antes pan que vino, y antes vino que tocino, y antes tocino que lino.
Al pan pan y al vino vino, y el gazpacho con pepino.
Al que nunca bebe vino no le fíes ni un comino.
Bebe vino y come queso, y sabrás que es eso.
Con pan y vino se anda el camino.
El agua para un susto y el vino para un gusto.
El pan con hartura y el vino con mesura.
El agua para los bueyes y el vino para los reyes.
El buen vino no merece probarlo, quien no sabe paladearlo.
El vino abre el camino.
El vino alegra el ojo, limpia el diente y sana el vientre.
El vino de cepas viejas calienta hasta las orejas.
El vino peleón, tomarlo en jarro o en porrón.
Metido en el laberinto me da lo mismo el vino blanco que tinto.